ENCENDER LOS OLIVOS COMO LÁMPARAS



Olivos con cielo amarillo y sol, VAN GOGH, 1889

La faim et encore la faim dans les Indes.
La guerre, toujous la guerre au Vietnam.
Oh! dans quel monde vivons- nous
puisqu'il n'est pas possible d'assurer,
a n'importe lequel de ces enfants qui naît,
--où qu'il puisse être-- son morceau
de pain quotidien, la paix naturelle!
Quel volcan débordant, tenace
nourrissons-nous, qui de sa loi de feu,
transforme en lave chaque limpide ruisseau
et puis crache, en plein visage de l'innocence,
la bombe monstrueuse et la faim galopante?


(De: "Allumer les Oliviers comme des Lampes" Traduction de Lescoët.)


Hambre y hambre en la India,
guerra y guerra en Vietnam.
¿En qué mundo vivimos todavía
que no es posible asegurar a cualquier niño,
que nazca, donde sea, su fragmento
del pan de cada día, de la paz
natural? ¿Qué volcán alimentamos
desbordante y tenaz que a ley de fuego
transforma en lava los arroyos límpidos
y escupe en pleno rostro a la inocencia
la bomba monstruosa y el hambre galopante?



(De: "ENCENDER LOS OLIVOS COMO LÁMPARAS") 1967.



MI SUFRAGIO DE PAZ

Entro en el olivar. Llevo mi voto
de esperanza a su urna; es la hora
de extender el aroma de la paz.

Suena un ángelus que prende rama a rama
la vegetal concordia y cada corazón
se recoge en su ángel; sólo quedan
vociferando, hiriendo, dando pasto
al mar, los leopardos. (Numerosos
son en su abrigo de altos financieros
de la sangre del mundo.)
Cada tronco
lleva brotes de plácida ascensión
y cada hoja en plata y esmeralda,
que el árbol tiernamente ha cincelado,
ofrece su mensaje-joya, en noble
fraternidad; no exige cajas fuertes
para esconder sus bienes el olivo.

Acerquémonos; treguas, suavidades
se derraman. Las horas han caído
en un pozo y la esfera del reloj
marca un nuevo principio. Hay una mano
que nos borda esa estrella de la frente,
esa señal de amor sobre el costado
a todos, y en su cifra
no rehuida, están los anaqueles
pletóricos del bien que puede hacer
el milagro.
Venid, pongamos ya
nuestras manos unidas en el símbolo.
Acaso ahora empezamos
un instante de oro, acaso viene
un llanto a nuestros ojos, en el dual
abrazo del enigma.
Mas no podemos escoger el beso
de la vida o el nimbo de la muerte,
sino encender olivos y palomas,
que siempre hay esperando
en la penumbra del camino,
nuestro limpio ”perdónanos
como nosotros perdonamos “.

(De: "ENCENDER LOS OLIVOS COMO LÁMPARAS") 1967.